En muchas ocasiones, la cirugia ortognática no es reconocida por muchas personas. Es decir, no es sencillo que una persona se entere de que se refiere otra cuando habla esto, por lo menos hasta que no le dice que se trata de una cirugía enfocada al hueso maxilar y de la propia mandíbula.
La realidad es que tampoco es muy común encontrar a personas que se sometan a esta clase de operaciones, pues por norma general, las personas que se someten a esta clase de operaciones lo hacen para corregir ciertos defectos.
En cualquier caso, aprovechando que no son muy comunes, a lo largo de este artículo vamos a aprovechar para analizarlas por completo y de esta manera saber el procedimiento que siguen y las recomendaciones generales.
¿A qué denominamos cirugía ortognática?
Hay personas que pueden encontrar ciertos defectos en la posición que tiene su mandíbula. Por tanto, la forma de solucionar esta clase de problemas no es otra que la cirugía ortognática, la cual se encarga de corregir todas y cada una de las malformaciones o peculiaridades de la zona dentro, cráneo y maxilofacial.
Y te preguntarás, ¿cómo consiguen esto? Pues bien, lo hacen mediante las siguientes técnicas:
Avance mandibular
Destinado a aquellas personas que tienen tanto los dientes inferiores como el mentón algo retrasado respecto al rostro y que quieren corregirlo.
Mordida abierta
Por otro lado, existe la posibilidad que debido a un desarrollo erróneo de la posición de la posición de la mandíbula, se genere un espacio entre los dientes superiores y los inferiores.
Asimetría mandibular
Sin duda se trata de un defecto o problema mucho más visual que los anteriores pues en este caso el mentón y los dientes se mueven hacia un lado.
¿Cómo podemos saber que tratamiento necesitamos?
Para poder saber esto, es cierto que la propia opinión del paciente es importante pues al fin y al cabo es la persona que está sintiendo el daño. Pero al final, será el propio profesional el que se va a encargar de valorar el estado en el que se encuentra.
Para ello, una de las mejores herramientas de las que disponen estos profesionales son las máquinas de rayos X. En concreto, se realiza un estudio en tres dimensiones, de tal forma que resulta sencillo localizar la zona que debe ser operada.
¿Cuál es el objetivo detrás de esta clase de operación?
En un primer momento, podríamos decir que el objetivo que se persigue con esta clase de operaciones no es otro que el de mejorar la estética de la cara del paciente. Sin embargo, también podemos encontrar sentido al hecho de mejorar el rendimiento de la mandíbula del paciente y por consiguiente, la mejora de la mordida.
En cualquier caso, una cirugía ortognática está totalmente recomendada para aquellas personas que tienen una mala posición de sus dientes y que pese a tratamientos como la ortodoncia, no pueden solucionar el problema.
¿Cómo se realiza?
Para poder realizar esta clase de intervención el proceso a realizar sería el siguiente:
- En primer lugar, es necesario realizar un análisis clínico completo a partir del cual poder obtener una primera idea sobre el estado del paciente. Para ello, las técnicas utilizadas suelen ser las radiografías, las fotografías e incluso diferentes tipos de toma de medidas.
- Una vez somos capaces de recopilar toda la información necesaria, el profesional comenzará a evaluar el estado del paciente y a plantear diferentes tratamientos con los que hacer frente al problema.
- Finalmente, previo a la propia operación, es necesario que al paciente se le coloque un aparato, de tal forma que sea posible colocar los maxilares de la mejor forma posible.
¿Qué hacer después de la operación?
Como cualquier proceso quirúrgico, es necesario que el paciente mantenga un tiempo de reposo para poder recuperarse de la mejor manera posible. En este caso, el tiempo con el que suele contar el paciente para volver a la actividad laboral suele oscilar entre los 10 y los 15 días aproximadamente.
Además, para poder favorecer la recuperación, es recomendable que el paciente mantenga una dieta blanda al menos durante el primer mes, de tal forma que no se fuerce la zona afectada en ningún momento.
En cuando al postoperatorio, no hay de qué preocuparse porque es completamente indoloro pese a que pueda parecer lo contrario por el estado de la cara. Básicamente estará un poco inflamada.
Como ves, se trata de un proceso que está totalmente controlado y que permite que el paciente pueda mejorar su calidad de vida simplemente mediante una cirugía ortognática.