Para poder saber cómo contratar un seguro médico, es importante tener en cuenta todas las variables que debemos llegar a cubrir. En artículos anteriores, ya hemos tratado los diferentes tipos de seguros médicos que podemos encontrar. Sin embargo, no ha quedado por explicar los diferentes puntos que debemos tener en cuenta a la hora de afrontar esta clase de decisión.

Como siempre decimos, cada persona es un mundo y puede tener necesidades muy diferentes a las que puede tener otra persona. En cualquier caso, no te preocupes porque a lo largo de este artículo analizaremos todas ellas y así podrás saber qué hacer con la que más se adapte a tu caso particular. Por tanto, ¡no te vayas que empezamos!

¿Para qué sirve un seguro médico?

Existen muchos casos donde una persona enferma o tiene un accidente de forma totalmente inesperada. Ante esta situación, cualquier tipo de ayuda o de segunda opinión, puede llegar a ser un extra o un punto a favor a la hora de encarar la recuperación.

Por tanto, el papel de los seguros médicos no es otro que el de ayudar a las personas a conseguir el mejor trato y servicio posible durante el periodo de recuperación. Además, de dejar cubiertas ciertas necesidades esenciales como pueden llegar a ser económicamente.

¿Cómo contratar un seguro médico?

La pregunta del millón. Existen ciertos factores a tener en cuenta a la hora de valorar el tipo de seguro más se adapta a las necesidades de cada uno. Si bien es cierto que vamos a contar con multitud de opciones, es importante asegurarnos de que en cada una de ellas nuestras necesidades queden totalmente cubiertas.

Al fin y al cabo, cada asegurado es un mundo y puede ofrecer servicios muy distintos. En cualquier caso, siempre es fundamental asegurarse de que se conocen todos los términos y los documentos con los que se va a trabajar.

Variables a tener en cuenta

Tipo de cobertura

Existen diferentes tipos de cobertura en esta clase de seguros. En concreto, se puede dar el caso de una asistencia básica y una asistencia completa.

Por un lado, la básica incluye servicios mucho más cotidianos o que no requieren de mucho esfuerzo para tratarse. Es decir, hablamos de servicios en los que el asegurado no tiene por qué quedar ingresado en el hospital.

Y por otro, tenemos la asistencia completa donde además de todos estos servicios básicos que hemos dicho, podemos incluir cualquier tipo de intervención quirúrgica o posible tratamiento para recuperarse de una patología. En cualquiera de estas opciones, no existe problema alguno en que el paciente quede ingresado en el hospital.

Copago

Como ya sabes, esta clase de servicio tiene un coste. En función de las ventajas que se puedan conseguir este será mayor o menor. En cualquier caso, el copago es el coste que la persona interesada debe llegar apagar atendiendo a los términos que se hayan firmado en el contrato.

En aquellas personas cuya situación económica no sea la mejor, que sea copago o no es una de las características que más puede influir en la contratación de esta clase de servicio. En especial, en estos casos la comparación de casos es fundamental a la hora de encontrar la opción más interesante.

En el caso de las pólizas sin copago, es importante tener en cuenta que el coste al que nos enfrentamos es mayor. La persona interesada deberá realizar todos los meses un desembolso. Aunque exista la posibilidad de realizar de forma trimestral o anual. Nosotros recomendamos esta clase de servicio en especial a aquellas personas que necesiten realizar consultas médicas con bastante frecuencia.

Por el contrario, aquellas que sean con copago, deberán de afrontar un coste fijo mucho más pequeño que las anteriores pero con el agravante de que al acudir al médico deberán pagar el servicio, aunque sea una cantidad mínima.

Duración

Otro factor muy a tener en cuenta es el periodo durante el cual se puede utilizar le seguro. Sin duda es una de las características principales de esta clase de servicios. Al fin y al cabo, las aseguradoras quieren librarse del problema de que un cliente contrate una póliza para un servicio concreto y una vez solucionado la anule.

Edad

Es posible contratar un seguro de este tipo para cualquier persona. Sin embargo, las compañías suelen poner problemas para aquellas personas que tengan una edad superior a los 65 años.

En cualquier caso, siempre se pueden encontrar alternativas para estos usuarios, aunque el precio a desembolsar sea un tanto mayor.

Como puedes observar no son pocas las variables que hay que tener en cuenta a la hora de contratar esta clase de seguros. En cualquier caso, una vez valoradas todas las opciones y comprobado cómo contratar un seguro médico, podemos tomar una decisión acertada.