La cirugía refractiva es una gran alternativa para aquellas personas que han llegado a tener un problema visual en algún momento de su vida. En especial, aquellas que hayan utilizado gafas o lentillas.

Gracias a esta clase de cirugía resulta posible combatir esta clase de problemas aunque no todo son cosas positivas, también tiene sus contras. En cualquier caso, si estás planteando someterte a una operación, ¡yo te cuento todo lo que necesitas saber!

¿Qué es una cirugía refractiva?

Cuando hablamos de cirugía refractiva hacemos referencia al conjunto de técnicas que se llevan a cabo a la hora de modificar cualquier tipo de alteración del ojo. Es decir, en caso de que en algún momento hayas padecido miopía, hipermetropía o astigmatismo, esta es la operación que estabas buscando.

Eso sí, como has podido observar, esta clase de cirugía está destinada para diferentes clases de patologías. Esto quiere decir que antes de proceder con la operación, será necesario realizar un estudio personalizado del paciente para poder planificar el tipo de técnicas que se van a realizar durante la cirugía.

¿Cuáles son las técnicas más utilizadas?

Como venimos diciendo, existen diferentes tipos de técnicas a aplicar en esta clase de operaciones. Sin embargo nosotros nos vamos a centrar en las de láser:

Láser

Aunque siempre hemos escuchado que las técnicas con láser son más sencillas, no todo es tan fácil como parece. En función de las necesidades del paciente se pueden utilizar unas técnicas u otras:

  • PRK: está destinada en particular para aquellos pacientes que tienen muy poca graduación y que tienen unas córneas delgadas.
  •  LASIK: en este caso, las personas que tienen un alto astigmatismo pueden estar tranquilas porque tienen una solución. Gracias a esta técnica resulta posible corregir este defecto y además, en un tiempo record pues la recuperación es bastante rápida.

¿Cómo es el proceso quirúrgico en cada caso?

Una vez ya sabemos el tipo de cirugía que debemos realizar, solo necesitamos conocer el procedimiento que se va a seguir para hacerlo:

Cirugía LASIK

Dependiendo del tipo de problema que se quiera solucionar, el proceso a seguir puede variar un poco. De esta manera, podemos diferenciar entre:

  • Miopía: es necesario que la curvatura de la córnea se aplane lo máximo posible para poder conseguir que el ojo sea capaz de enfocar correctamente. Por tanto, la forma de conseguirlo es que el láser queme el tejido.
  •  Hipermetropía: en este caso el proceso es lo contario al anterior. Es necesario incurvar la córnea y para conseguirlo el médico debe tallar un círculo de tal forma que la córnea central se vuelva más curva.
  •  Astigmatismo: al tratarse de una córnea que tiene una curvatura totalmente asimétrica, el objetivo que se busca es el de aplanar la curva para que quede uniforme.

Como recomendaciones generales, cabe destacar que para tener un éxito a largo plazo es importante que no se manipule la parte más externa de la córnea y que nos centremos en exclusiva del estroma corneal.

Para poder conseguir esto, se realizará un levantamiento de la lámina de córnea, de tal forma que quede totalmente expuesto el estroma. Eso sí, una vez finalizada la intervención, se recolocará dicha lámina en su sitio.
Esta acción se puede realizar de dos formas diferentes:

  •  Mediante la acción de un microqueratomo, el cual es un intrumento similar a una cuchilla.
  •  Mediante otro láser con una graduación diferente al otro. El nombre con el que se conoce es como femtosegundo.

Una vez levantado la capa, el tallado con el láser se debe realizar con un dispositivo de seguridad llamado eye-tracker. Gracias a él, resulta posible compensar los movimientos que realice el ojo de forma involuntaria, de tal forma que la dirección del láser se ajuste instantáneamente.

Cirugía PRK

La cirugía PRK es muy similar a la anterior. Sin embargo, en este caso el láser interviene directamente contra la parte superior del estroma corneal sin la necesidad de realizar ningún tipo de corte previo. ¿Cómo lo hace? Muy sencillo, quita la capa también porque con el paso de un tiempo, el tejido vuelve a salir.

Además, otro dato diferenciador es que para poder realizar la operación es necesario colocar una lente de contacto especial que quedará puesta un mes seguido en el ojo del paciente. Es decir, no solo está destinada a la propia operación, sino que también permitirá que el paciente no tenga molestias con el roce del párpado los días posteriores a la operación.

Teniendo en cuenta lo anterior, te puedes imaginar que es un poco más dolorosa y a su vez, la recuperación será más lenta pues tienen que cicatrizar más zonas. Independientemente de ello, sigue siendo una técnica muy utilizada y que proporciona muy buenos resultados.

Sin duda, en la actualidad contamos con multitud de técnicas para solucionar los problemas visuales y, independientemente de cada caso, la cirugía refractiva es la mejor opción.