Recientemente los aparatos para medir oxigenación han tomado el protagonismo entre las consultas de nuestros pacientes. La verdad es que no es para menos ya que en los tiempos que corren, con el COVID-19, se han incrementado los problemas respiratorios.
Y te preguntarás, ¿qué tiene que ver? Pues bien, pese a que normalmente es fácil de notar los síntomas, puede que no siempre sea así. Las enfermedades respiratorias como la hipoxia o la falta de aire silenciosa son síntomas que suelen aparecer en pacientes que tienen o han pasado el coronavirus.
Aquí es donde entra en acción el oxímetro doméstico. Se trata de un aparato electrónico para medir el oxígeno en sangre. El servicio que proporciona se ha convertido en un imprescindible para esta clase de pacientes.
¿Qué es un oxímetro?
Este nombre quizás no lo has escuchado nunca, pero lo puedes encontrar también bajo el nombre de pulsioxímetro. Se trata de un aparato que nos ayuda a detectar nuestro oxígeno en sangre.
La forma a partir de la cual se consiguen los datos se consigue al introducir nuestro dedo índice para tener una medición precisa y profesional.
En otras palabras, para el público joven, es el típico aparato que solían tener nuestros abuelos en casa para tomarse la tensión.
Aunque no solo hace eso, también está indicado para personas con problemas pulmonares. Para que os hagáis una idea de la eficacia que tiene, en la II Guerra Mundial, algunos pilotos utilizaban un instrumento semejante para hacerse una idea de la altura máxima que podían ascender hasta quedar sin oxígeno.
¿De verdad se puede calcular el oxígeno en sangre con este aparato?
La respuesta es sí, y el procedimiento por el que lo consigue lo vamos a analizar a continuación.
Todos estos aparatos usan la luz polarizada para su medición. Para que os hagáis una idea, se encuentra justo en la zona donde se coloca el dedo o si el paciente lo prefiere, se puede colocar en la oreja. El motivo por el que se escoge estas zonas es muy sencillo, está basado en función del flujo de sangre que tenga.
Sí, ya sé que lo sabes pero te lo voy a recordar. Que sea la zona con mayor microcirculación quiere decir que es la zona donde mayor concentración de glóbulos rojos y donde mejor se puede interpretar nuestra cantidad de hemoglobina.
Existe la posibilidad de que los datos que se proporcionen no concuerden con la realidad, por lo tanto es conveniente que a la hora de realizar la prueba nos fijemos en todos los detalles. Entre ellos destaca no llevar las uñas pintadas, o avisar en caso de tener problemas de circulación adicionales. Además, se recomienda hacer una medición en reposo y que el paciente no se mueva durante la misma.
¿Cómo se interpretan los datos que proporcionan los aparatos para medir oxigenación?
Los valores normales de oxígeno en sangre que debe tener una persona rondan el 95% o 100%. Y en cuanto a la concentración en sangre, deberían de rondar los mismos datos. Si el oxímetro marca debajo del 90%, avisará la existencia de un problema.
También sirve para detectar otras enfermedades, Por ejemplo, en el caso de aquellos pacientes que sean propensos a tener neumonía, deben acudir a urgencias si están por debajo del 93%.
No dudes en ponerte en contacto con tu médico de confianza en caso de que notes alguno de estos síntomas. Recordemos que unos niveles bajos de oxigenación en sangre pueden desencadenar tanto en problemas respiratorios como cardiovasculares.
En el caso de patología pulmonar, la saturación puede bajar por un ataque agudo de asma o de insuficiencia respiratoria en enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Y no solo eso, sino que también puede ser síntoma de otras patologías como la fibrosis pulmonar o fibrosis quística.
Usos y limitaciones del oxímetro
Primero de todo y como os podéis imaginar, existe una gran variedad de productos y modelos en el mercado pero todos tienen el mismo mecanismo de acción. ¿Lo sabéis? Efectivamente, a través de luz polarizada.
Se trata de uno de los aparatos más útiles para la práctica clínica y que ha evolucionado mucho. Es más, a día de hoy están mucho más normalizados. En el pasado eran aparatos muy grandes y caros, mientras que ahora son mucho más pequeños y asequibles económicamente.
Sin embargo, también tiene limitaciones. Como hemos comentado anteriormente puede tener mediciones erróneas. Esto puede desencadenar en problemas o sustos.
Por ejemplo, imagínate que una persona se mide la saturación en sangre y por causa de un error, el valor no es el adecuado. Es posible que acudan asustados a los hospitales alegando un problema en sangre cuando en realidad no existe.
Y con la fiebre ocurre lo mismo. A veces el hecho de tener una subida de fiebre puede hacer que baje la saturación de oxígeno y dar valores inferiores a los óptimos.
Incluso a veces, el problema no tiene por qué ser del paciente, sino del producto. Los oxímetros pueden perder precisión, sobre todo cuando la persona tiene niveles bajos de saturación de forma persistente.
Espero que mediante este artículo hayas podido resolver todas tus dudas sobre los aparatos para medir la oxigenación.