Cómo interpretar una analítica de sangre es una tarea un tanto compleja y es que, existen multitud de parámetros que hay que saber interpretar para poder dar un diagnóstico adecuado al paciente.
En cualquier caso, no tienes de qué preocuparte pues existen multitud de profesionales cualificados para poder realizar esta función.
Además, es muy importante tener en cuenta estos valores a la hora de analizar si realmente es necesario empezar algún tipo de tratamiento, como por ejemplo en el caso de los pacientes que tienen anemia.
¿Por qué son importantes las analíticas?
En muchas ocasiones acudimos al médico con algún tipo de malestar que no sabemos explicar. Es decir, cuando nos duele una pierna es muy sencillo comunicárselo al doctor pero, ¿y cuando simplemente nos encontramos muy cansados?
El médico puede realizar ciertas pruebas para ver cómo nos encontramos en la parte exterior, sin embargo, no puede saber cómo nos encontramos por dentro. Para ello, las analíticas es la mejor opción que podemos encontrar.
Gracias a este tipo de pruebas los profesionales sanitarios pueden conseguir mucha más información sobre el estado en el que se encuentra el paciente.
¿Cómo interpretar una analítica de sangre?
Para poder valorar los diferentes datos que nos proporciona una analítica de sangre, es muy importante tener en cuenta que existen diferentes tipos de pruebas en función de los datos que queramos conseguir.
Así, podemos diferenciar entre el hemograma y la bioquímica sanguínea. ¿Cuáles son sus principales diferencias?
Hemograma
No solo podemos conocerla como hemograma, es muy probable que lo escuchemos como recuento celular también. En cualquier caso, el objetivo que se persigue con esta clase de prueba no es otro que el de conseguir analizar el número y el estado de las células del cuerpo del paciente:
Hematíes:
Se suelen nombrar de forma más coloquial como glóbulos rojos. Su concentración suele variar mucho en función de la persona o del estilo de vida que lleve. En cualquier caso, una persona que tenga un estado de salud bueno, suele oscilar entre los 4,5 y 5,9 millones/mm cúbicos, mientras que las mujeres oscilan entre los 4 y 5,2.
Leucocitos:
Al contrario que los hematíes, los leucocitos con conocidos también como glóbulos blancos. Podemos localizarlos en diferentes lugares del cuerpo humano como el sistema linfático e incluso los tejidos.
Su función no es otra que la de responder ante cualquier tipo de proceso inflamatorio o alérgico que pueda llegar a sufrir el paciente.
Plaquetas:
Por último, nos encontramos con los encargados de acelerar el proceso de recuperación en heridas. Esto se debe a que poseen la capacidad de coagular la sangre. De esta manera, cuando sufrimos cualquier tipo de herida, las plaquetas se encargan de que el sangrado quede totalmente agrupado y se consiga taponar la herida.
Es muy común utilizar esta prueba en aquellos pacientes que presenten síntomas típicos de enfermedades como anemias e incluso leucemias.
Pruebas bioquímicas
Este tipo de pruebas están enfocadas a medir en concreto:
Glucosa:
se trata de un valor que tiene unos valores promedio de entre 70 mg/dl y 110 mg/dl. Cualquier prueba que se escape de estos valores, puede dar información al médico sobre indicios de enfermedad. Como por ejemplo diabetes.
Creatinina:
Se trata de uno de los valores más importantes tener en cuenta en cualquier análisis pues nos proporciona información para saber cómo se encuentra la salud básica del paciente. Los valores en los que debe situarse oscilan entre 0,7 y 1,3 mg/dL en hombres y 0,5 y 1,2 mg/dL en mujeres.
En cierta medida, se trata de una medida un tanto subjetiva. Es un valor que va a verse muy influenciado por la cantidad de músculo que tenga el paciente, así como por el tamaño de la persona.
En caso de deficiencia, no te preocupes pues cambiando ciertos hábitos y conductas, los valores se van regenerando de manera constante. Aun así, mucho cuidado ya que un problema de creatinina puede significar un indicio de fallo renal.
Urea:
Tras el proceso de metabolización de las proteínas, se forma la urea, cuya función no es otra que la de metabolizar los aminoácidos. Los valores que debería presentar una persona oscilan entre 0,6 y 1.5 mg/dl.
Sin duda, se trata de un valor que debemos tener muy en cuenta pues en caso de anomalía, lo más probable es que el hígado se vea afectado.
Ácido úrico:
Solemos encontrar este tipo de valor en torno a los 2 y 7 mg/dl. Sin duda otro valor que debemos tener en cuenta, en especial en aquellos pacientes que presenten inflamaciones en las articulaciones, pues lo más normal es que estén sufriendo de gota.
Como puedes observar, son muchos los valores que podemos llegar a analizar. Y eso que nos hemos quedado sin nombrar unos cuantos. En cualquier caso, desde Índico recomendamos que te sometas a esta clase de análisis cada cierto tiempo pues, como venimos diciendo de forma óptica nunca podremos saber cómo se encuentra por dentro nuestro cuerpo, por lo que saber cómo interpretar una analítica de sangre es fundamental.