A la hora de realizar cualquier tipo de operación o intervención, las pinzas quirúrgicas pueden ser de gran ayudar a la hora de realizar ciertos procesos. En cualquier caso, no todos son iguales y deben de utilizarse para lo que realmente valen.
Eso sí, lo que sí que comparten cada una es que facilitan el trabajo del médico notablemente y permiten mantener un nivel de higiene mayor a lo largo de la intervención. En cualquier caso, no te preocupes porque a lo largo de este artículo podremos analizar todas las funciones que desempeñan. ¡Empezamos!
¿Qué son las pinzas quirúrgicas?
También conocido como fórceps, las pinzas quirúrgicas se han convertido en uno de los instrumentos médicos más utilizados. Ya no solo por la función que desempeñan, sino por lo fácil que puede llegar a resultar utilizarlas.
En especial, el mayor uso que tiene es en el quirófano. Básicamente por la cantidad de ejercicios de extrema cautela que hay que realizar, de tal forma que siempre se mantenga un nivel de higiene adecuado.
Entre las funciones que puede desempeñar, cabe destacar el agarre de ciertos tejidos e incluso de vasos sanguíneos. Aun así, en función del tipo de actividad que se tenga que realizar podemos optar entre:
¿Cuáles son las partes de una pinza?
La anatomía de una pinza es muy sencilla de explicar. Se trata de un instrumento que está conformado por dos hojas de metal que están unidas por los dos extremos.
Para poder utilizarlas de la manera correcta, es necesario manejarlas mediante el mango, el cual cuenta con un alisado especial para facilitar el agarre.
Finalmente, el extremo que entra en contacto con el tejido es la punta y la que no tiene ningún tipo de contacto es la mandíbula.
Tipos de pinzas quirúrgicas
Pinzas con forma anatómica
Su principal uso lo llevan a cabo tanto médicos, como laboratorios. Suelen utilizarse para atrapar ciertos tejidos o sustancias con difícil agarre. Eso sí, no tiene una capacidad de agarre muy alta por lo que precisa de una buena técnica y de una superficie adecuada.
Pinzas con forma quirúrgica
En este caso, aunque se utilizan prácticamente de la misma manera que las anteriores, en su superficie podemos encontrar una serie de dientes que permiten ganar fijación. Es por ello, que se suelen utilizar en ciertos procesos más complejos, pero siempre conscientes de que puede dañar ligeramente la superficie.
Pinzas hemostáticas
Están enfocadas en un tipo de proceso dentro de la operación. Y es que, para poder sujetar los vasos sanguíneos y estar seguros de que no se dañen, se utilizan esta clase de pinzas. La forma mediante la cual se puede diferenciar esta clase de pinzas, es mediante la forma de sus extremos pues puede ser recta o curva.
Pinza de Pean
Siguiendo un poco la línea de los ejemplos anteriores tenemos la pinza de Pean, la cual rompe un poco los esquemas. En cuanto a su estructura, se puede diferenciar claramente pues posee un seguro que permite bloquear la pinza. Además, cuenta con una serie de dientes que aumentan su sujeción.
El uso que se le suele dar a esta clase de dispositivo no es otro que el de la hemostasia.
Pinza de Kocher
En el caso de tener que operar con estructuras o tejidos mucho más robustos o pesados que en casos anteriores, podemos contar con las pinzas de Kocher. Estas se caracterizan porque permiten la sujeción prolongada de los tejidos.
Pinza ginecológica
Como su propio nombre indica, esta clase de pinzas está enfocada específicamente a aquellas intervenciones ginecológicas. Muy útiles en aquellos procesos donde se busca el clampaje de drenajes y mangueras.
Posiblemente, la característica más notoria de esta clase de pinzas no es otra que la capacidad que tienen para ejercer presión.
Pinza para campo
Posiblemente la más utilizada. Gracias a esta resulta posible realizar la fijación de todos los campos estériles. En algunos casos, puede llegar a resultar interesante incluso adquirirlas con bloqueo automático pues el uso que se las va a dar es muy prolongado.
Pinza para tubo
Se utilizan en especial a la hora de frenar un drenaje. Para ello, cuenta con una estructura perfecta ya que suelen estar formadas por unas ramas totalmente lisas que permiten tratar la zona sin dañarla por completo.
Sin duda, el número de pinzas que podemos encontrar en el mercado no es problema alguno. Eso sí, lo más importante en estos casos no es otra cosa que contar con los conocimientos necesarios como para poder utilizar estos instrumentos en cualquier tipo de situación, independientemente de la pinza quirúrgica que se trate.