En ciertas ocasiones, cuando se retira un drenaje quirúrgico puede ser un factor determinante a la hora de garantizar que el paciente se recupere por completo de su patología. Es decir, ¿qué pasaría si se lo quitasen antes de tiempo o si por el contrario lo dejasen demasiado?

Para poder identificar el momento exacto en el que hay que quitar este producto del paciente, se marcan tiempos y pautas a partir de las cuales, en función de la situación individual del paciente, se actúa de una forma u otra.

En cualquier caso, la experiencia es un grado y por ello, desde Índico vamos a proporcionarles una serie de pautas a seguir para que no os ocurra nada de esto.

¿Qué es un drenaje quirúrgico?

Antes de nada y para poder empezar de forma correcta, debemos asegurarnos de que sabemos qué es un drenaje quirúrgico. Básicamente podríamos decir que se trata de un tubo de pequeño tamaño, que tras ser introducido en el cuerpo del paciente a través de la piel, permite eliminar todos los excesos de líquidos que se acumulen en el paciente tras un proceso operatorio.

Por norma general, se suele colocar este aparato en aquellos cirugías donde es más probable que el paciente genere sustancias para eliminar. Por ejemplo, tras una operación en la que se traten los pulmones o la zona abdominal, es muy común verlo.

¿Dónde se coloca?

La zona en la que se debe de colocar el drenaje es muy sencilla. Por norma general, disponemos de diferentes opciones a la hora de hacerlo y esto dependerá del tipo de material del que esté formado y del tipo de operación que se trate.

Aun así, lo normal es que se le coloque al paciente el drenaje en la zona inferior a la cicatriz que se ha generado por la operación. En cualquier caso, aunque pueda variar la posición donde se coloque, lo que siempre va a ser semejante es la forma en la que se realicen los cuidados.

¿Cómo se realizan los cuidados?

Lo primero de todo, debemos tener en cuenta que el tubo debe realizar una función de forma constante. Es decir, debemos estar al tanto de que no se modifique el estado del producto bajo ninguna circunstancia.

La forma en la que se realiza este proceso no es otra que mediante movimientos lentos y calmados. Ten en cuenta que se trata de un tubo que se introduce dentro del cuerpo del paciente, por lo que es muy importante que no se hagan movimientos bruscos con él pues es posible que se rompa y expulse todas las sustancias que ha almacenado.

Para que veas la importancia que puede llegar a tener, es necesario que todo cuidado o modificación que se realice, sea mediante los conocimientos de un profesional sanitario. Puede darse el caso de que el apósito esté totalmente mojado e incluso lleno, por lo que una persona normal puede que no se desenvuelva de la mejor manera posible.

¿Es fácil que no funcione correctamente?

Para poder saber si el drenaje está funcionando correctamente, es tan simple como comprobar si la cantidad de líquido ha disminuido o no. Obviamente para poder ver esto es necesario que pasen los días y que, por supuesto, se mantenga una buena higiene de la herida.

Eso sí, ten en cuenta que el drenaje nunca debe ser el causante de ningún dolor. Es decir, en caso de que el paciente tenga el mínimo símbolo de molestia, hay que modificar el estado de la herida.

En definitiva, debemos asegurarnos de que el trabajo realizado por los profesionales se mantiene en óptimas condiciones. Con tener un control sobre esto, sería suficiente para saber cuando quitar un drenaje quirúrgico.